Un efectivo sistema de seguridad debe evolucionar con el tiempo, conservando su principio básico intacto, pero adaptándose, para resolver los nuevos desafíos. Un principio sencillo: el temor natural a la electricidad combinado con un sistema de alarma integrado -local o remotamente- capaz de evolucionar y reaccionar efectivamente para que el intruso lo piense dos veces antes de intentarlo.
Donde se instala un Cerco Eléctrico® los problemas de intrusión son controlados con la mejor relación costo –beneficio.